Crónica de una revolución
Los tres poderes del emperador cuenta la historia de la revolución que expulsó a los gobernantes mongoles de China y las estrategias de sus principales protagonistas. Las cuatro partes del libro aluden a las cuatro fases que se pueden distinguir en cualquier proceso revolucionario:
1ª LA RUPTURA DE LA ARMONÍA. La crisis del antiguo régimen. En el caso de los descendientes de Kublai Kan, a la sobreexplotación del pueblo y la corrupción se unieron catástrofes naturales, plagas y la epidemia de la Peste Negra.
2ª LA REVOLUCIÓN. Un suceso puntual provoca el estallido y el pueblo se subleva. Pero cuando se produce la quiebra del Estado, cuando la élite gobernante pierde sus tres poderes (blando, económico y duro), los líderes revolucionarios no tienen aún fuerza suficiente para implantar un nuevo orden, y en ese claroscuro surgen los monstruos, como dijo Gramsci, un teórico de las revoluciones.
3ª LA RIVALIDAD. La revolución devora a sus hijos. Los nuevos líderes matan a sus padres y compiten entre sí en una guerra fratricida, una lucha a muerte en la que solo puede quedar uno.
4ª LA RECONSTRUCCIÓN DE LA ARMONÍA. El vencedor empieza a construir el paraíso prometido, pero el resultado que obtiene es diferente a lo soñado.
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Las imágenes que ilustran estas entradas están tomadas del panel monumental El festival de Qingming junto al río, en la versión elaborada durante la dinastía Ming que se conserva en el Museo del Palacio en Taipéi. En dominio público.
¿Quién es Youlí?
Querida Youlí, eres poderosa. Tu padre nos manda vídeos en los que se te ve gateando por el apartamento, cogiendo y trasteando todos los objetos a tu alcance. A veces sonríes a la cámara y nos dejas embobados a tu abuela y a mí. Tus padres sienten un impulso instintivo para cuidarte: te dan de comer, te atienden cuando te despiertas a media noche, te consuelan cuando lloras y juegan contigo para verte feliz. Tienes capacidad para influir en los sentimientos, el pensamiento y la actividad de tus padres para que procuren la satisfacción de tus necesidades y deseos. Tienes poder sobre tus padres. Por eso sigues viva.
Te imagino, ya mayor, con veinte años quizá, leyendo por primera vez el libro que tu abuelo te dedicó. Para entonces tendrás más poder y más ambiciones, pero yo habré muerto o no estaré en condiciones de contarte historias y ofrecerte consejos. Es por eso que he decidido dejártelos por escrito. (Carta a Youlí en el capítulo 1 de Los tres poderes del emperador).
(…)
Querida Youlí, estás aprendiendo palabras de tres idiomas, el de tu padre, el de tu madre y el que se utiliza en tu école enfantine. También asumirás durante tu vida las normas culturales de los grupos sociales en que te integres. Lee mucho en tus tres idiomas. Procura acumular palabras y conocimientos. Las palabras y las culturas son armas, instrumentos de poder. (Carta a Youlí en el capítulo 2 de Los tres poderes del emperador).
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