Disculpa que te lo diga, Youlí, pero tú y yo somos mamíferos gregarios, animales racionales de racionalidad limitada, primates sapiens de escasa sapiencia.

Debes partir de ahí para poder entender el comportamiento de todos los personajes cuyas historias te cuento en Los tres poderes del emperador. Debes partir de esa profesión de humildad para entender el comportamiento de todos los seres humanos que vas a conocer en tu vida. Todos los seres humanos somos animales y nuestra animalidad está en la base de nuestro comportamiento.

Los instintos impulsan nuestra búsqueda de comida, sexo y seguridad. La cultura en la que somos educados modula esos instintos y nos convierte en animales domésticos, es decir, domesticados. A todos los seres humanos, aunque sean emperadores. Ming Taizu fue domesticado y domesticó a otros. Todos somos domesticados y domesticamos a nuestros hijos, a nuestros alumnos, a nuestra audiencia, a nuestros lectores. Entre nosotros hay leones de circo, animales de compañía, bestias de carga y animales de labor. El miedo nos impulsa a la agresión o a la huida, a la sumisión o a la rebelión. En la China del siglo XIV y en el mundo del siglo XXI.

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La imagen que ilustra esta entrada es una escena del monumental panel El festival de Qungming junto al río, en una versión elaborada durante la dinastía Ming que se conserva en el Museo Nacional del Palacio en Taipei. En dominio público.

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